jueves, 6 de noviembre de 2014

GRACIAS

Una vez recibida la noticia, tocaba hacer dos cosas: asimilarla y comunicarla. Lo primero fue difícil, lo segundo aún más.

Si ya es complicado asumir que algo de esto puede ocurrir, más complicado es todavía comunicárselo a todos tus seres queridos. Esos abuelos, esos tíos, esos amigos que desde el principio han vivido con nosotros todo el embarazo, que nos han llamado cada día para ver cómo iba todo, que se han interesado por cada visita al médico… ¿Cómo consolar todas esas lágrimas derramadas? ¿Cómo explicar a toda esa gente que mientras ellos están llorando yo estoy formándome sana y fuerte en la tripita de Mamá?

Me gustaría dedicar estas líneas a todos aquellos que desde el principio habéis formado parte de mi historia, que nos habéis apoyado con vuestro cariño y que os habéis mantenido firmes cuando más lo necesitábamos. Porque lo reconozco: YO también dudé. YO también tuve miedo. Miedo por mí, pero sobre todo miedo por Papá y Mamá. Miedo a que todo se viniese abajo, a que la ilusión se hiciera añicos, a la incertidumbre.

Pero ahí estabais vosotros en esos momentos, para hacernos ver que no hay problemas demasiado grandes ni retos imposibles si estamos todos juntos. Por eso, solo puede deciros GRACIAS.

GRACIAS a los abuelis, porque vosotros fuisteis los primeros en abrazar a Mamá, los primeros en secar sus lágrimas. Porque estabais ahí cuando ella más lo necesitaba. Porque fuisteis los primeros en aceptar la noticia y los primeros en darnos ese apoyo que tanta falta nos hacía. Porque hicisteis que se sintieran como yo dentro de Mamá: protegidos. Por querernos como nos queréis. GRACIAS.

GRACIAS  a los abuelos, por los abrazos y las palabras de calma y tranquilidad. Porque Papá, a pesar de mantenerse firme durante toda la tarde, también necesitaba ese consuelo que solo unos padres pueden ofrecer. Por mirar siempre por nuestro bienestar antes que por el vuestro propio. Por sentir con nosotros el dolor que teníamos y por abrazarnos sin que hiciera falta pedirlo. GRACIAS.

GRACIAS a los tíos, por estar siempre ahí. Por acudir a nuestra llamada de emergencia. Por tener siempre a quien recurrir. Por ser los primeros en buscar información sobre el tema y todo el proceso que nos esperaba. Por calmar nuestros miedos ante lo desconocido y por hacernos entender que todo esto no era el final, sino el comienzo de un largo pero gratificante camino. Por el positivismo y sobre todo, por tener siempre la frase perfecta para el cada momento. No puedo evitar sonreír cada vez que pienso en la frase: “Para vivir buenos momentos, a veces hay que tener malos recuerdos”. GRACIAS.

GRACIAS a todos los amigos que habéis estado siempre pendientes de mis papis. Por no dejarles caer, por las visitas, por los ánimos y por las fuerzas. Porque vosotros sois esa familia que Papá y Mamá han elegido tener. Porque en los malos momentos, vuestro apoyo vale el doble. GRACIAS.

GRACIAS a… Ummm, ¿¿cómo escuché a Mamá que se llamaba esa chica?? ¡Sara! ¡Sara Caballero! GRACIAS  a ti Sara, también madre de un niño con labio leporino: Yago, de 6 añitos. Por hablar con Mamá, por permitirla desahogarse contigo y por resolver los millones de dudas que tenía. Por quitarla esos miedos y darla esa fuerza para afrontar el futuro. GRACIAS.

¡Ahhh! Y no se me puede olvidar dar las GRACIAS a mi ángel de la guarda, a Beatriz González Meli. Porque ella será la encargada de operarme cuando llegue el momento. Porque en el futuro muchos me harán sonreír, pero ella será la encargada de dar forma a esa sonrisa. Por tu amabilidad y tú cariño. GRACIAS.

GRACIAS a todos aquellos que estáis ayudando para que toda esta historia acabe bien. A todos aquellos que muchas veces sin conocernos nos dais consejos o recomendaciones. A todos vosotros también os doy las GRACIAS.

Hoy he aprendido dos cosas. La primera es que la vida está hecha para los valientes, para aquellos que miran al futuro y no le tienen miedo.  La segunda es que es importante agradecer a la vida todo lo que uno tiene. Por eso, gracias a vosotros por ser unos valientes  y ayudarnos a cargar con el peso de esta noticia, porque gracias a vosotros el camino hacia el mañana se hace mucho más llevadero.